¿QUÉ SENTIDO TIENE SER POSITIVOS?

by - lunes, marzo 19, 2018

Autora: Mirta Bendomo   




A lo largo de nuestras vidas pasamos por experiencias diferentes, situaciones buenas y no tan buenas. Ante las situaciones consideradas negativas es posible que más de uno os hayáis hecho preguntas como: 
• ¿Qué me está pasando?  
• ¿Por qué a mí? 
• ¿Por qué las cosas no me salen bien?
El problema en principio no es hacernos esas preguntas. Como humanos que somos es normal que nos surjan ese tipo de cuestiones, es normal que nos hagamos preguntas similares. Lo central aquí sería no perdernos en un solo aspecto. Es decir, que a pesar de los miedos y dudas que puedan surgirnos pensemos también en que las cosas pueden salir bien. Esta última, queridos LivAglayers, es una de las cosas de las que a menudo nos olvidamos. Pareciera que la vida misma nos prueba y nos pone obstáculos para medir nuestro grado de madurez y ver qué tan fuertes somos para resolver nuestros problemas.

Conocí a una persona que siempre me aconsejaba que fuera positiva cuando me enfrentara a alguna dificultad. Me decía: “Ánimo, ten la mente positiva, ya veremos qué pasa”. Desde entonces, mi forma de afrontar la vida cambió. Intento seguir el consejo, incluso cuando no hay garantías de que la vida vaya a ser fácil.

Recuerdo una vez en que tenía que viajar al exterior por motivos de maternidad. Los ecuatoguineanos que viven en Guinea Ecuatorial y que alguna vez lo han intentado entenderán mejor el estrés que supone el proceso de solicitud del visado, el "papeleo", la gente que te dice que se lo han denegado, los nervios…
No sé por qué, pero tenía la sensación de que me denegarían el visado, cada llamada anunciaba un documento que faltaba. Naturalmente, empecé a pensar mucho, a preguntarme el porqué de tantos rodeos, ya que llegaron incluso a pedirme legalizar un mismo documento en diferentes entidades (el proceso burocrático tampoco ayudaba mucho). Empecé a tener eso que llaman “mala espina”, empecé a pensar en negativo, en el peor resultado.

En la embajada tampoco hicieron esperar, al poco tiempo me llegó un mensaje de texto que decía que me había sido denegado el visado ¡Justo lo que ya venía pensando! Me fui a la embajada entre lágrimas, porque el viaje me ilusionaba mucho y era algo que llevaba tiempo intentando hacer y, por mi condición en aquel momento lo necesitaba todavía más. 
Llegué por fin a la embajada, se pusieron a hacerme varias preguntas relacionadas principalmente con el motivo del viaje. Lo último que me dijeron fue que pasara a recoger mi pasaporte al día siguiente. Fue algo ambiguo, no terminaron de confirmarme la veracidad de lo que ponía en el mensaje. Tuve que salir de allí sin saber si me habían denegado realmente el visado o no.
Hablando con la persona que arriba os comentaba, su respuesta fue la misma: “Ánimo, ten la mente positiva, ya veremos qué pasa”.
Fui al día siguiente como me lo habían especificado. Me entregaron el pasaporte, pero para mi sorpresa no me habían denegado el visado.  

La segunda experiencia que quiero compartir con vosotros es la del día que tuve que exponer mi Trabajo Fin de Carrera, los del plan de grados lo llaman TFG. Ese día solía ser especial para casi todos los estudiantes finalistas. Recuerdo que días antes del acto estaba muy nerviosa y pensaba en si aprobaría o no, en si lo haría bien. Logré tranquilizarme para el gran día y recordé que me había preparado bastante, recordé que las cosas no tenían por qué salir mal. En efecto, el resultado fue bastante positivo.

Ahora me atrevo a pensar que cuando tienes algún problema o atraviesas alguna dificultad, la manera en que ves las cosas desde un principio puede influir mucho en los resultados que obtengas al final, cuando todo termine. Puede no ser un disparate pensar que, en parte, muchas veces, las cosas nos salen mal porque nosotros mismos empezamos pensando mal y actuamos conforme a eso. Porque lo primero que se nos viene a la cabeza es lo negativo: si no me sale bien, si no lo consigo, si no puedo. Estas y otras expresiones más que nos decimos cuando enfrentamos retos.

A lo mejor la pregunta del título de este texto no sea del todo la adecuada y que lo que debamos preguntarnos sea: “¿Qué sentido tiene ser negativos?”
Puede que valga la pena tener fe, no bajar la guardia, estar siempre con la mente bien fría y, sobre todo, tener los ánimos y la voluntad de sobrevivir a la adversidad.



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